miércoles, 22 de noviembre de 2023

"YA TENEMOS EL PANTANO LLENO". LA TRISTE HISTORIA DE UN PETROGLIFO. (III)

No sé si tomármelo a broma, por aquello de no estar siempre sufriendo. El caso es que casi todos los días me acuerdo del estado en que se encuentra la estación rupestre de "La Raposera" en Alija del Infantado. Me da pena, vaya.

Al principio reaccioné con rapidez, a pesar del cabreo. Presenté un comunicado en el Servicio Territorial de Cultura para advertir del grave daño que habían sufrido los grabados, pues alguien había colocado cemento y piedras sobre ellos, como para construir una pequeña presa para almacenar agua.

La cosa viene de muy atrás. Ya no es la primera vez, como algunos sabrán y los otros pueden enterarse mejor pinchando en los enlaces del final. El caso es que esta última "presa" lleva casi dos años siendo la vergüenza del Arte Rupestre. Y eso que a raíz de la denuncia, el  Servicio Territorial de Cultura de la Junta de C. y León, apercibió al Ayuntamiento de Alija del Infantado con un comunicado de febrero del año 2002 instando a dicho ayuntamiento que " realice las acciones necesarias para devolver los restos al estado que tenían antes de su alteración y protegerlos para su puesta en valor"  


                                  

 Dos fotos, una con el "petroglifo- presa" de Alija en plena sequía, y en otra lleno a rebosar. 


                  El petroglifo de "La Raposera" en Alija del Infantado (León), antes de ser vandalizado.

No acierto a comprender los motivos por los que estamos igual dos años después, y nadie hace nada. En la página del Ayuntamiento de Alija se presume del patrimonio prehistórico de la localidad: "con vestigios como la fuente de "El Caño", el megalitismo de la zona, los petroglifos, etc.". Y al mismo tiempo mantienen esta situación bochornosa de su patrimonio más antiguo.

 En el último párrafo de la página, el ayuntamiento lamenta que: 

  "Alija en León, sigue hoy condenada a un olvido sin precedentes en su historia, pero desea ir poniendo en valor este gran legado que le acredita, acaso, como la mayor sorpresa de esta provincia y espera que las diferentes administraciones se den cuenta, corrijan su error y promocionen Alija".

Pues se me ocurre que podrían promocionar este pantano que tienen. Podrían ir a las ferias de turismo y proclamar que tienen la presa de agua más pequeña y antigua del mundo, con un eslogan que dijese "Tenemos tanto Patrimonio rupestre que alguno lo tapamos con cemento".    


                                             "Pantano" de Alija del Infantado.

Ahora en serio:

 Que esta situación se prolongue en el tiempo sin que nadie le ponga remedio indica claramente el escaso nivel cultural y la ausencia total de vergüenza torera de algunas personas. La semana pasada leímos con tristeza la vandalización de unas pinturas esquemáticas de Peña Piñera en el Bierzo, lamentando estas conductas ruines de personas particulares ignorantes y/o desalmadas. Sin embargo que un ente público como es un ayuntamiento desatienda su Patrimonio a sabiendas que estos petroglifos están catalogados como Bien de Interés Cultural es una situación que ya sobrepasa el esperpento.

Lo peor es que esta situación no es nueva. Ya ha habido dos "presas" encima del petroglifo de "La Raposera". Para los que quieran conocer las desventuras de esta estación rupestre, subo estos enlaces de otras entradas de este blog, con más fotos y explicado con más detenimiento.

Por orden cronológico:

Descubrimiento en 2012, en aquellos años de "la fiebre de las piedras" :

https://tierradeamacos.blogspot.com/2012/12/pena-mortero-en-alija-del-infantado.html


Primera y segunda vandalización. Denuncia al Servicio Territorial de Cultura:

https://tierradeamacos.blogspot.com/2022/03/la-triste-historia-de-un-petroglifo-la.html


Comunicado y noticia del Diario de León 4 meses después de la denuncia:

https://tierradeamacos.blogspot.com/2022/07/la-triste-historia-de-un-petroglifo-la.html

https://www.diariodeleon.es/articulo/cultura/verguenza-arte-rupestre/202207080333372237703.html




domingo, 21 de agosto de 2022

MARAGATERÍA SECRETA, MI NUEVO LIBRO

 Este verano de 2022 ha sido el inicio de una nueva aventura editorial : la publicación de mi tercer libro, que lleva por  título MARAGATERÍA SECRETA.

Cuando descubrí los petroglifos de Peñafadiel, comencé una intensa investigación que me llevó a recorrer todos los parajes de Maragatería para localizar los grabados rupestres que se escondían en las rocas desde hacía milenios y que ahora me parecía que no podían esperar más para salir a la luz. 

Como resultado de ese trabajo de campo, reuní mucha documentación, incluidos muchos elementos peculiares que estaban colocados en las casas de los pueblos maragatos. El problema es que como no podían ser considerados como "arte rupestre", no pudieron ser incluidos en mis dos primeras  publicaciones," Petroglifos en Maragatería" (2012) y "Grabados rupestres de la provincia de León" (2018)

Ahora ha llegado el momento de hacer justicia con esos elementos arquitectónicos y etnográficos para darles su espacio en un libro dedicado enteramente a ellos.


Portada del libro. La imagen es de un llamador situado en una puerta de Santa Colomba de Somoza.


Esta es una reseña que aparece en la contraportada:

“Maragatería secreta” es un retrato intimista sobre la comarca maragata, en el que la mirada del autor se detiene para contemplar los pequeños detalles que suelen pasar desapercibidos a pesar de estar colocados a la vista de todos.

Aplicando esa visión selectiva, se descubren multitud de elementos arquitectónicos que los constructores y artesanos maragatos incluyeron en los edificios, coronando los tejados y chimeneas o decorando las puertas de las viviendas. Estos ornamentos nacieron para ser contemplados, pero se da la paradoja de que han permanecido casi invisibles para la mayoría de los investigadores que, salvo algunas excepciones, se han centrado tradicionalmente en otros aspectos como la vivienda y el oficio de los arrieros, el origen de los maragatos, la vestimenta, etc.

En este libro los protagonistas son los adornos y las piedras que presiden los tejados, los herrajes de las puertas, los relojes de sol, etc. El estudio de estos sencillos elementos nos parece esencial para una mejor comprensión de la cultura popular de la Maragatería.






Sobre estas líneas, algunas imágenes que aparecen en el libro.

Información de interés:

El libro tiene 240 páginas y otras tantas fotografías, algunas con mosaicos de 12 cuadros, lo que eleva a más de 550 el número de imágenes. Se ha cuidado la edición y la infografía, además del papel que contiene, que es de gran calidad.

Lo he distribuido por las principales librerías de León y Astorga, donde se vende a un precio de 25 € el ejemplar. 

Si alguien de fuera de la provincia quiere adquirir este libro, puede ponerse en contacto conmigo escribiendo a mi correo  juancarlos9999@gmail.com  

  Yo contestaré lo más pronto posible calculando un pequeño incremento para los gastos de envío y, si me lo solicitan, lo puedo mandar dedicado.


 Espero que os guste. 



sábado, 16 de julio de 2022

EL PETROGLIFO DE BRAZUELO.


Hoy tocan buenas noticias:

 Una nueva estación rupestre ha sido descubierta en la comarca de la Maragatería. El hallazgo ha sido realizado por Isasi Cadierno, que además de ser una buena amiga mía es una persona con una inquietud cultural muy acentuada, que le ha llevado a realizar investigaciones sobre muchas cuestiones de la comarca maragata, además de divulgar sus trabajos y fotografías en las redes sociales, aglutinando a muchas personas que tenemos sus mismas inquietudes.

Isasi Cadierno, junto al panel rupestre recién descubierto. 

 Isasi Cadierno descubrió este magnifico panel por casualidad, cuando paseaba por una zona de praderas y monte bajo cercana a la localidad de Brazuelo. Tuvo la gentileza de comunicarme el descubrimiento, y una vez comprobada la importancia del petroglifo la primera acción que se tomó fue la de informar a la delegación del Servicio Territorial de Cultura, para cumplir en primer lugar con lo que marca la ley de Patrimonio, aunque de momento y como suele pasar con esta delegación de la Junta, nadie ha contestado. 

DESCRIPCIÓN.

El panel está situado en un afloramiento de cuarcita que apenas levanta un palmo sobre el nivel del suelo. Se compone de cazoletas exclusivamente, como la gran mayoría de  los petroglifos de la provincia leonesa. En este caso también se cumple la premisa de que se grabaron las cazoletas hasta agotar casi todo el espacio disponible. No se observan surcos que unan las cazoletas. 


El petroglifo de Brazuelo con los Montes de León al fondo.

El panel ocupa una superficie rectangular con un área aproximada de 2 metros cuadrados, donde se concentran no menos de 130 cazoletas de tamaño medio, con un diámetro de entre 4 y 6 cm. y hasta 3 cm. de profundidad.

 Analizando el diseño, se constata que la gran concentración de figuras no implica desorden, pues las cazoletas se agrupan en su gran mayoría sin destruirse unas a otras, respetando entre sí una distancia que en ocasiones no sobrepasa los 8 milímetros. Esta cercanía entre figuras ha sido posible gracias a la propia dureza de la roca de cuarcita, un soporte bastante raro en la comarca, pues es muy difícil de labrar, al contrario que las pizarras.


Petroglifo de Brazuelo, vista lateral.


Vista frontal del petroglifo de Brazuelo.

No obstante, unas pocas cazoletas se han unido a las más próximas, formando figuras ovaladas compuestas por dos y hasta tres figuras, aunque no podemos saber con seguridad si fueron grabadas así o son producto de la erosión.

Detalle de la agrupación de cazoletas. Petroglifo de Brazuelo.

Como en la gran mayoría de los petroglifos leoneses de este tipo, no se observan otras figuras grabadas que pudieran relacionarse con épocas históricas, como cruciformes, firmas de pastores, fechas, etc.

 La gran cantidad de cazoletas grabadas en la superficie de este panel lo convierte en uno de los más importantes de la provincia, equiparable al petroglifo de Quintana y Congosto denominado "El Arca", que presenta también un numero importante de cazoletas, aunque mucho más pequeñas en dimensiones y profundidad.

Como hago siempre en estos casos, sólo me queda dar la enhorabuena a Isasi Cadierno,  porque gracias a su descubrimiento podemos incorporar este magnífico petroglifo al catálogo cada vez más extenso del Arte Rupestre de la provincia de León. 

miércoles, 6 de julio de 2022

LA TRISTE HISTORIA DE UN PETROGLIFO: LA RAPOSERA EN ALIJA DEL INFANTADO (II)

 No pensé hace 4 de meses que escribiría este nuevo post sobre el petroglifo de la Raposera en Alija del Infantado. Supuse que más pronto que tarde el Ayuntamiento de Alija y las autoridades patrimoniales pondrían fin a este despropósito, pero este fin de semana he comprobado que todo sigue igual allí.

La estación rupestre de La Raposera es una de las más importantes de la provincia leonesa, con varios paneles con cazoletas, y uno en especial que llama la atención por su composición, con una cazoleta principal colocada en el centro y rodeada de multitud de cazoletas más pequeñas. No voy a insistir más en la descripción de del panel principal, ya está suficientemente explicado en el post anterior que titulé "La triste historia de un petroglifo: La Raposera en Alija del Infantado". Allí también se enumeran los atentados que ha sufrido esta estación rupestre, y recomiendo a quien desconozca los pormenores que utilice el enlace para ponerse en antecedentes.

Decía al principio que no pensaba repetir la denuncia, pues estaba convencido que el sentido común y la vergüenza torera se acabarían imponiendo a la dejadez y la desidia más absoluta, pero por increíble que parezca, aquí estamos de nuevo, sin haber avanzado ni un milímetro. 

Sólo me queda repetir la denuncia:

- El Ayuntamiento de Alija del Infantado mantiene desde hace un año esta estación rupestre en un estado vergonzoso, haciendo caso omiso a las indicaciones del Servicio Territorial de Cultura de la Junta, que en marzo de este año le instó por escrito para que "realice las acciones necesarias para devolver los restos al estado que tenían antes de su alteración y protegerlos para su puesta en valor".

-El Servicio Territorial de Cultura es el encargado de velar por la seguridad del Patrimonio, pero ni siquiera parece preocuparse de que se cumplan sus requerimientos. 

- No acabo de entender los motivos por los que hemos llegado por segunda vez a esta situación, pero después de un año, un mazacote de cemento y piedras continúa colocado encima del petroglifo.  

Aquí dejo una foto de la estación rupestre antes de sufrir el último atentado, y varias fotos de la situación actual.


El petroglifo antes de ser afectado






Sobre estas líneas, el petroglifo de La Raposera en Alija del Infantado, después de haberle sido colocado cemento y piedras encima. Fotos de 1 de julio de 2022. 


 

miércoles, 2 de marzo de 2022

LA TRISTE HISTORIA DE UN PETROGLIFO: "LA RAPOSERA" EN ALIJA DEL INFANTADO.

 

No son buenas noticias las que quiero transmitir en este post. Trataré de ser lo más conciso posible y de no dejarme llevar en exceso por la indignación que siento en este momento.

A finales de 2012, Ángel Sarmiento reconoció como posibles petroglifos un panel con cazoletas en Alija del Infantado. En el mismo momento que lo vi por primera vez, supe que se convertiría en una estación rupestre emblemática de la provincia de León, y subí un pequeño trabajo a este blog para dar a conocer este yacimiento, además de mandar un comunicado a Patrimonio.

Desde ese año, la estación rupestre de  "La Raposera" figura en la Carta Arqueológica de la provincia, pasando a ser responsabilidad de la Junta de Castilla y León, cuyo Servicio Territorial de Cultura está obligado a velar por su protección y conservación y también a incluir los petroglifos en la lista de los Bienes de Interés Cultural de la provincia. Debo decir también que es incumbencia de los ayuntamientos y de otros órganos de gobierno local una mínima preocupación y vigilancia del patrimonio repartido en su territorio. En este sentido tenemos ejemplos tan edificantes como la Junta Vecinal de Santa Marina de Torre, que puso en valor sus petroglifos casi al mismo tiempo de ser descubiertos, instalando carteles informativos y poniendo en marcha su propia "Ruta de Petroglifos".     

Con posterioridad, edité el libro "Grabados Rupestres de la Provincia de León", donde figuran los petroglifos de "La Raposera" en un lugar preferente, como corresponde a la importancia de un excelente panel con una agrupación de una treintena de pequeñas cazoletas asociadas a una cazoleta central mucho más profunda que las demás. De esta cazoleta principal sale un pequeño canal que desagua el agua de lluvia o cualquier otro líquido vertido sobre el panel a una zona cóncava que actúa como cubeta. Esta composición más elaborada de lo normal destaca sobre la mayoría de los paneles de la provincia, donde las cazoletas aparecen colocadas sin un orden aparente.



Sobre estas líneas, dos fotografías de los petroglifos de "La Raposera" poco después de su descubrimiento.

Y a partir de ahora empieza la pesadilla, porque en el mes de julio de 2018 este panel resultó afectado gravemente por una actuación sin sentido. Alguien construyó un reborde de cemento y piedras en un lateral del panel, con la intención evidente de crear un abrevadero que pronto se llenó de agua putrefacta. Ante tamaño disparate, envié un informe al Servicio Territorial de Cultura, denunciando el acto y aportando algunas fotos. No volví a saber nada del tema hasta que en septiembre de ese mismo año volví a la zona, y comprobé que el reborde había desaparecido, quedando en su lugar la roca con los líquenes quemados por el cemento y algunos restos del hormigón. Pensé que habría sido una restauración de Patrimonio (incauto de mi), pero mi sorpresa fue cuando a los pocos días me llamó el Arqueólogo Territorial, Julio Vidal Encinas, que se mostraba "estupefacto" por haber ido a ver los petroglifos tres meses después de mi comunicado (repito, tres meses después) y ver que alguien había retirado el reborde de cemento. Y cuando le dije que eso mismo había visto yo dos días antes, poco menos que me quería llamar la atención por no habérselo comunicado al instante y haberle ahorrado el viaje, como si yo estuviese a su servicio. 


 Petroglifo de La Raposera. Vista lateral de la primera agresión en el año 2018.



Reborde de cemento y piedras en La Raposera. Agresión del año 2018.


Aspecto del panel después de aparecer sin el reborde de cemento y piedras en septiembre 2018.

Todo hubiera quedado en un mal sueño si en septiembre de 2021 la situación no se hubiera repetido, convirtiéndose ya en una pesadilla. Parece que la misma persona ha vuelto a construir un nuevo reborde de cemento con piedras, con el agravante de que ha excavado en varios afloramientos de roca cercanos, no se sabe si para "buscar tesoros" o para construir nuevos bebederos. Esta situación provocó la actuación de la Policía Judicial de Patrimonio Histórico, supongo que alertados por alguna denuncia. Me consta que se informó de los hechos a la Dirección General de Patrimonio de la Junta, que se supone que es el organismo competente en estos casos. 

 Pero mucho me temo que como pasó en el año 2018, el Arqueólogo Territorial esté esperando que el tema se resuelva solo, porque 5 meses después (cinco meses después) la estación arqueológica sigue abandonada a su suerte, con los afloramientos de roca excavados y, lo más sangrante, con el panel de cazoletas reconvertido otra vez en un bebedero. Ahí van las fotos: 

La Raposera. Uno de los hoyos excavados en los afloramientos de roca en 2021 


Afectación del Panel I de La Raposera en Alija del Infantado en septiembre de 2021


"Presa" de cemento y piedras en La Raposera, vista lateral. Septiembre de 2021




La Raposera en Alija del Infantado. Estado actual en marzo de 2022. Nótese la falta de líquenes en la zona izquierda del panel por efecto del cemento y el agua.


Llegados a este punto, no cabe más que la más absoluta condena de estos hechos que llenan de indignación a los amantes del Arte Rupestre y, por extensión, a toda persona que sienta el más mínimo respeto por este patrimonio de nuestros antepasados. Por eso, solo se puede hacer un llamamiento desesperado a las partes implicadas:

- A la persona  que ha realizado esta "actuación", que yo considero la menos responsable, pues me parece que su conducta se debe a la falta de conocimiento de la importancia de esa "roca con agujeros" que se ha empeñado en tapar con cemento. No parece que el fin sea vandalizar unos petroglifos que para ella simplemente no existen, pues ningún cartel  anuncia su importancia ni nadie se ha molestado en explicárselo.

- A los responsables del Excelentísimo Ayuntamiento de Alija del Infantado, que han demostrado una nula sensibilidad y una gran ignorancia respecto al patrimonio rupestre que poseen. Esta ignorancia no puede ser disculpada, pues cuando edité el libro "Grabados Rupestres de la Provincia de León" me puse en contacto con los responsables municipales, concretamente con el Alcalde que regía en ese momento, para ofrecerme de manera desinteresada a realizar una charla sobre los petroglifos del municipio. La intención era la de dar a conocer y explicar la importancia de estos vestigios a las gentes de la zona, y que esto fuese el primer paso para valorarlos. Recuerdo que percibí el desinterés absoluto de los responsables municipales y, supe en ese momento, que nunca iban a poner en valor ni proteger ese patrimonio, ni siquiera con un humilde cartel informativo. A todo eso, hay que añadir la dejadez más absoluta, como si la situación de su petroglifo tapado con cemento y piedras no les afectase lo más mínimo.

- A los responsables de Patrimonio de La Junta de Castilla y León, que se erigen como los dueños de nuestro patrimonio en vez de ser sus servidores, esos que todavía no han sido capaces de incluir un solo grabado rupestre en la lista de los Bienes de Interés Cultural, y en especial al citado Julio Vidal Encinas, para que por el bien del Patrimonio leonés dimita inmediatamente de su cargo como Arqueólogo Territorial. Tengo la seguridad absoluta que cualquiera lo podría hacer mejor que él, y también en que no va a dimitir, por lo que nada más nos queda esperar que su jubilación profesional se produzca lo antes posible.  

Ni siquiera pido ya que actúen inmediatamente y restauren el panel con cazoletas, sería paradójico que después de lo que acabo de exponer y de medio año de espera yo les dijese cual debe ser su trabajo. Solo digo, para mayor vergüenza del Ayuntamiento de Alija del Infantado y de la Junta de Castilla y León que gracias a su desidia perdemos un petroglifo pero ganamos un abrevadero.  

Y aquí lo dejo, que estoy muy cabreado. 

ACTUALIZACIÓN, (20-3-2022)

Publico esta actualización dos semanas después de subir la entrada al blog. El día 2 de marzo, un amigo me sugirió que enviase otro comunicado a Patrimonio explicando la situación de la estación rupestre, pero esta vez dirigido al la Jefa del Servicio Territorial de Cultura, doña Amelia Biaín. Así lo hice, y es justo reconocer que recibí contestación hace dos días, comunicándome que había ordenado una visita del arqueólogo de ese servicio, que se había hecho un informe con todas las circunstancias expuestas, y que se había instado por escrito al Ayuntamiento de Alija del Infantado para que "realice las actuaciones necesarias para devolver los restos al estado que tenían antes de su alteración y protegerlos para su puesta en valor". Y como es de justicia, aquí agradezco a doña Amelia su celeridad en poner en marcha el expediente. Ya podían ser todos como ella. 

 

     

martes, 17 de agosto de 2021

PETROGLIFOS EN COMPLUDO: POZAQUINOS

 Hace unos meses tuve constancia de un descubrimiento de un panel con petroglifos en tierras bercianas, concretamente en las cercanías de Compludo. En esta localidad milenaria podemos visitar lugares que nos transportan a tiempos pretéritos, como la iglesia medieval, heredera de la obra de Fructuoso de Braga que en el siglo VII fundó el primer monasterio, una semilla fructificó en muchos otros similares. También es una visita obligada la fragua o herrería, donde todavía hoy funciona el mazo de madera que golpea contra el yunque, con un movimiento que se consigue con la fuerza hidráulica de las aguas de dos arroyos cercanos.

A mediados de este mes de agosto tuve la posibilidad de visitar el enclave con los petroglifos, situados en un paraje que en el plano topográfico figura con el nombre general  de "Teso de los Eiros", con la particularidad que la zona con los grabados es denominada por los habitantes de Compludo con el topónimo de "Pozaquinos".

Fue Javier Pérez Acebo quien intuyó que en "Pozaquinos" hubiera cazoletas, no sólo por el topónimo, sino por los relatos de las personas del pueblo, que contaban que allí había unas rocas con "pozas", y que se contaba además que las habían hecho antiguamente los pastores con la finalidad de que sirvieran de recipientes para recoger la leche de las cabras, que ordeñaban allí directamente y migaban de pan. 

La intuición de Javier dio paso a la curiosidad, de manera que acabó localizando el lugar, para comprobar que efectivamente, allí había un panel con cazoletas. Sus siguientes pasos fueron que se hiciera un comunicado del descubrimiento a Patrimonio, y la realización de un trabajo junto con Merche Bermúdez López, donde describen el lugar, los petroglifos y el contexto histórico que los rodea. Su entusiasmo fue compartido por los habitantes del pueblo, con una inquietud cultural que ya he observado en otras localidades, como por ejemplo Santa Marina de Torre. 





                             Visión general del panel con las cazoletas en "Pozaquinos". 

El paraje de Pozaquinos se sitúa al norte de Compludo en una zona elevada que se explotó en el pasado como pastos para el ganado y cercana a algunos terrenos menos inclinados que propiciaban el cultivo de centeno. El panel se encuentra situado casi al ras de suelo, en un afloramiento de roca de pizarra esquistosa , con unas medidas aproximadas de 4 m  de largo por 2 de ancho, orientado de este a oeste, que es la orientación principal de las vetas de las rocas en esta zona.  Los petroglifos se componen exclusivamente de cazoletas, con variedad de tamaños y profundidades. En la zona superior hay una cazoleta mucho más grande que las demás de unos 10 cm de diámetro por otros tantos de profundidad, quizá repasada en tiempos recientes por los pastores, pues se aprecia un piqueteado que contrasta con la pátina lisa de otras cazoletas más pequeñas. En la zona inferior hay dos cazoletas de tamaño medio comunicadas, de manera que forman una cubeta con apariencia oval. El resto de cazoletas, hasta completar un número aproximado de 25 unidades, presenta una apariencia más antigua, con líquenes que las recubren y con las consecuencias típicas de la erosión. 

                                   Foto lateral del panel de cazoletas 

No se observan otros símbolos como surcos que unan las cazoletas, o de otra tipología más reciente como cruciformes, firmas de pastor, fechas, etc. En esto coinciden con la gran mayoría de los petroglifos de la provincia, desde los más cercanos que encontramos en Santa Marina de Torre,  o el  panel de "El Carballón" , los petroglifos de Ancares, por lo que respecta al Bierzo, o del otro lado en Maragatería, con paralelos muy semejantes en cuanto a estilo y composición.

 En cuanto a la tradición oral, el relato de que las cazoletas las hicieron los pastores para ordeñar una cabra y recoger la leche, es idéntico al recogido en el pueblo de Ucedo, para explicar la finalidad de las cazoletas talladas en "La peña del Pastor". Es un relato que se repite en  otros lugares, como si fuera un intento de proporcionar una interpretación más lógica sobre los autores de los grabados. En otras ocasiones este relato se traslada a lo fantástico, y son los "mouros", u otros personajes mitológicos a quienes se le atribuye la autoría. 

"Pozaquinos" en Compludo, foto frontal.



                                    "Pozaquinos", detalle de las cazoletas

La importancia de estos vestigios se podría resumir en las siguientes consideraciones:

Las cazoletas de "Pozaquinos" en Compludo demuestran la existencia de sociedades prehistóricas en la zona, y por tanto las localidades cercanas atrasan en varios milenios la fecha conocida de las primeras interacciones humanas en su territorio.

El estilo de ejecución de las cazoletas, el tamaño, la distribución de las mismas o la situación en la que se encuentran coincide con la mayoría de las estaciones rupestres de la provincia. Es posible que en tiempos modernos los pastores hubieran repasado alguna cazoleta, pero el conjunto muestra un panel de grabados con características típicamente prehistóricas.

Es el primer panel encontrado en la provincia de León que además de tener un relato que trata de explicar el significado o la utilidad de los petroglifos, tiene asociado un topónimo relacionado con las mismas. "Pozaquinos", además de ser una bella palabra empleada por  nuestros antepasados, pasa a formar parte desde ahora del universo cultural del Arte Rupestre, como "cazoletas", "coviñas" o tantas otras palabras empleadas en otros territorios.

Confirma el estilo de los petroglifos de la zona, y se añade a la lista de estos vestigios en la fosa berciana, que  por fuerza seguirá creciendo en el futuro.

Quiero terminar agradeciendo el trabajo de personas como Javier Pérez, y las colaboraciones que ha tenido, además de felicitar a los habitantes de Compludo, que no sólo han rescatado una parte muy importante de su Historia, si no que además se han involucrado en el proyecto, desbrozando una pequeña senda que facilita la llegada a los petroglifos. Esta actuación sólo se ha realizado en la senda,  respetando el panel sin tocar los petroglifos, dejando las labores de limpieza y otros trabajos que deberán efectuarse a los especialistas, y advirtiendo del peligro que se produciría si al final se construye una línea de torretas eléctricas que está en proyecto, que afectaría de lleno al lugar. Es por eso por lo que Patrimonio debe inscribir estos vestigios rupestres en la Carta Arqueológica, y declararlos Bien de Interés Cultural, y estar vigilante a la protección y conservación.


viernes, 6 de noviembre de 2020

ARCAS Y MARCAS TÉRMINO EN MARAGATERIA

 En la comarca maragata las demarcaciones territoriales para delimitar municipios, montes, zonas de pastos etc. están señaladas por elementos de piedra repartidos por el paisaje, colocados lo suficientemente cerca unos de otros para que, en la medida de lo posible, desde cada posición se pudiera conectar visualmente el punto anterior y el posterior, originándose una línea imaginaria al unir cada uno de los hitos. Aunque los términos empleados en los documentos suelen ser sinónimos (arca, hito, término, mojón), en Maragatería parece diferenciarse el marcador importante con el nombre de “arca”, mientras que otros marcadores de menor entidad se denominan “mojones”, como se desprende de las anotaciones en el apeo de 1904 entre Lucillo y Filiel:Y unas y otras partes acordamos y ordenamos en poner mojones entre arcas que estaban muy distantes...”

La forma y composición de esas arcas varía en cada territorio, dependiendo de la propia particularidad geológica de la zona en cuestión. Así, los límites entre municipios grandes solían estar señalados por bloques prismáticos de cuarcita colocados verticalmente en el terreno, llamadas  popularmente “piedras fincadas”, mientras que otras fronteras más humildes como son las que delimitan los terrenos de pastos entre pequeños municipios eran marcados con piedras más pequeñas que se encontraban en la zona. Otras veces, la abundancia de cantos de cuarzo lechoso (que en Maragatería se denominan Geijos) servía para hacer amontonamientos de este mineral y construir mojones con un espectacular y muy visible color blanco. Además, se ha de resaltar la costumbre observada en la Somoza Maragata de señalar determinados afloramientos con marcas que se hacían con instrumentos metálicos (una azada o similar), renovándose cada vez que se realizaba un nuevo apeo, de tal manera que se eliminaba el musgo sobre el surco anterior y se profundizaba un poco más cada vez.

LOS DOCUMENTOS

Los documentos que se conservan en todos los municipios dan testimonio de un  procedimiento que se seguía con toda solemnidad, y en ellos se enumeran los nombres de los participantes, que solían ser un regidor decano, escribanos, peritos y un buen número de testigos. Todos ellos recorrían la zona divisoria reconociendo cada uno de los términos, apilando piedras en unos, librando de maleza a los otros, profundizando las  marcas en las rocas etc. 

Al finalizar el apeo, se firmaba un documento y se elaboraban las copias necesarias para que fuesen custodiadas por las partes. Los  manuscritos se guardaban en arcas o baúles de madera que a su vez tenían varios candados o cerraduras. Estos archivos no podían estar expuestos al público, sino que permanecían cerrados,  fijándose un protocolo específico para poder abrirlos. En el arca de madera que contiene estos documentos en el Ayuntamiento de Lucillo, se puede leer la siguiente advertencia: 

“Este archivo no se abra sin estar presentes dos o tres hombres, por la causa de que no falte ningún papel. Tenga una llave el fiel de fechos y otra el regidor decano. Así fue dispuesto y mandado  por este concejo, con la pena al que al contrario hiciese pague un ducado de multa. Firmado por el señor regidor Lorenzo Rodera en 1822”





Arca de madera y documentos de los apeos que se custodian en el ayuntamiento de Lucillo

Varios de estos documentos que se conservan en este arca del Ayuntamiento de Lucillo  van a servir para extraer algunos conocimientos  sobre la forma de estos marcadores territoriales en la Somoza maragata, que podemos clasificar de la siguiente manera:


PIEDRAS FINCADAS

Como ya expusimos al principio, los materiales predominantes de la zona son los que se van a emplear para las marcas divisorias. Cuando se trata de arcas importantes que dividen dos o más municipios, el material empleado es mayoritariamente las lajas de cuarcita armoricana que pueblan la comarca maragata. Su tamaño oscila desde los 80cm hasta el 1.2 m en la parte visible, a lo que habría que sumar un tercio más que permanece enterrada. Su gran dureza es la causante de que apenas se encuentren grabados en ellas como cruces, letras etc. Una excepción la encontramos en una piedra fincada colocada cerca de Santa Catalina de Somoza, que tiene dos cruces latinas  grabadas en las caras más anchas. Esta importante arca, que  señala la divisoria de tres municipios (Santa Colomba de Somoza, Val de San Lorenzo y Astorga), fue sustraída por un particular a principios de 2018. Por suerte, una serie de casualidades permitieron a la Guardia Civil recuperarla, y hoy se alza otra vez en su lugar original. 



Arca fincada con dos cruces grabadas. Santa Catalina de Somoza


MOJONES

Repartidos por el paisaje de la Somoza maragata se observan otro tipo de marcadores que también  se citan en los libros de apeos como los conservados en el Ayuntamiento de Lucillo.  Estos mojones pueden ser de varios tipos dependiendo de la geología de la zona, el tamaño y la composición de los mismos. Podemos diferenciarlos atendiendo a las descripciones, que enumeran piedras más pequeñas que las arcas importantes, y otros incluso más sencillos: “... llegamos a la “Mata de Pradoveso”, cuya arca se reconoció con porción de tierra y cantos, quedando alta y reconocida sin contradicción alguna.”

Las cuarcitas de color marrón son utilizados para otros mojones por ser los únicos disponibles en esa zona: ... y a un tiro de honda del anterior, pasamos al de “Candevaián”, y lo renovaroncon piedras pardas y cavaron alredor de forma que quedaron bien conocidas, y de ser así nosotros los escribanos damos fe”

En otras ocasiones se emplean los abundantes cantos de cuarzo lechoso (geijos) que constituyen un excelente marcador al destacar el níveo color blanco sobre el paisaje de tierras y vegetación oscura: “...Y deste otro sitio pasaron los dichos dos concejos al término de las Torrecillas, y lo levantaron de geijos blancos y cavaron alredor de forma que quedó bien alto y reconocido a gusto de todos ambos concejos y ante nosotros los escribanos”  





Diversos mojones o amontonamientos de "geijos" en la Somoza maragata



 AFLORAMIENTOS Y ROCAS SINGULARES

Algunas arcas están situadas en elementos del paisaje fácilmente reconocibles, y en esas ocasiones no hace falta marca alguna: “...y de este sitio los dichos concejos de Boisan y Lucillo  pasaron a otro término que está en una peña, distante a dos tiros de honda a la izquierda (...) y no le hicieron seña por ser bien grande y conocida, y los escribanos damos fe según se nos pidió por los dos concejos”.

 Un ejemplo de un arca situada en un  afloramiento  singular es un rebaje natural de la roca en el arroyo de Valdemedian, llamada “El Arca de la Ferrada”. El nombre es consecuencia de la forma de herradura de la hendidura, que tiene unos 80 cm de ancho y 90 cm de profundidad, y que se sitúa en una poza del reguero que suele conservar un poco de agua incluso en el verano cuando se seca el cauce. Se da la circunstancia que  este lugar además de funcionar como arca, es el lugar de reunión elegido por los concejos de Lucillo y Villalibre para comenzar y finalizar los apeos de la zona, como si fuese un lugar neutral respetado y reconocido por los dos concejos.


Afloramiento singular. "La Poza de la Ferrada", entre Lucillo y Villalibre de Somoza


 ROCAS CON FARPAS

Por último, vamos a estudiar otro grupo de arcas que contienen algunas marcas grabadas y destacan por tanto de las demás. Se sitúan sobre pequeños afloramiento de pizarra que por las características y poca dureza de la roca, permiten grabar alguna marca sin mucha dificultad, al contrario que ocurre en las rocas y afloramientos de cuarcita.

 Un tipo de marcas son los surcos llamados “farpas” (derivado del antiguo farpar, que significa arañar), que se suelen agrupar en número de tres o cuatro surcos paralelos.  En el citado libro de apeos conservado en Lucillo se mencionan frecuentemente: “...y  siguiendo dicho camino que va para Astorga hayamos una peñica con farpas bien hondas por ser arca antigua, y renovando dichas farpas quedó bien reconocida sin contradicción alguna de dichos concejos”

Esta renovación consistía en raspar los surcos para eliminar el musgo que se había generado desde la vez anterior, y esta acción repetida a lo largo de los siglos generaba surcos profundos, que se distinguen de los surcos de los petroglifos prehistóricos por la pátina, y sobre todo por su anchura y profundidad, que demuestra que fueron realizados por instrumentos metálicos.

 Para un primer avance de este tipo de arcas, vamos a exponer algunas fotos de tres arcas diferentes. 


ARCA DE LA GUSENDA

Este arca que divide los pastos y terrenos entre Chana de Somoza y Lucillo, se encuentra a la derecha del camino de la cantera cercana a Chana. 

 Se sitúa en un pequeño afloramiento de pizarra que apenas supera los 80 cm de altura. La poca visibilidad  se compensa con la imposibilidad de mover de sitio el arca, pues como hemos dicho no se compone de rocas o piedras colocadas, sino que aflora de la roca madre.  En la zona superior hay algunos hoyos parecidos a las cazoletas, pero más profundos y de formas irregulares. También se observan unos rebajes que los escribanos llaman “muescas”, y  que le dan un perfil superior con forma ondulada o de cresta. De esta zona elevada descienden hasta el suelo dos surcos  de entre 4 y 8 cm de ancho y 3 cm de profundidad, medidas que son producto de las  numerosas renovaciones, que como explican  los escribanos en los libros de apeos, se realizaban “a peto de azadón”.                                                                                

Farpas del Arca de La Gusenda


Arca de La Gusenda, vista cenital

VALDEMEDIAN- I

El arroyo de Valdemedian discurre aproximadamente por la divisoria de los terrenos de Lucillo y Villalibre de Somoza. A lo largo del valle del mismo nombre se localizan varias arcas con farpas. La primera está cerca del arca llamada “La Poza de la Ferrada”, ya citada en el capítulo de elementos singulares del paisaje,


Arca de Vademedian-I. Vista general con la farpas



VALDEMEDIAN- II

Siguiendo el valle aguas arriba, se localiza otra arca con cuatro farpas grabadas en otro afloramiento de pizarra, situadas en la zona inferior del roquedo que aflora en la orilla derecha del reguero estacional. Los surcos son muy profundos, igual que en Valdemedian I, y revelan que ha sido renovada muchas veces a lo largo de los siglos


Valdemedian -II. Vista frontal del afloramiento


CRESTAS

 En otras ocasiones estas marcas solo se realizan en la zona superior de las rocas, que los escribanos señalan como “muescas” y que originan unas superficies aserradas que vamos a denominar a partir de ahora como “crestas”.  Este tipo de señalización es también muy abundante en la Somoza, y en este artículo vamos a destacar algunas de ellas solamente para no extendernos demasiado. La primera se encuentra en el arca de La Gusenda a la que nos hemos referido antes y que además de las farpas y hoyos contiene en la zona superior varias crestas formadas por muescas. La otra roca del mismo estilo se localiza en las proximidades de Filiel, junto al cruce de caminos que van a la cima del Teleno y a la zona de La Calera respectivamente



Crestas en un afloramiento de pizarra en el pueblo de Filiel



Curioso contraste entre las crestas de un arca y la silueta del Teleno


PEÑAS FORADAS

Por último, en La Somoza maragata es también bastante usual marcar los términos con agujeros ovalados que pueden confundirse con cuñas de cantero, además de otras oquedades parecidas a las cazoletas prehistóricas, lo que coincide con lo expuesto por J. Ferro Couselo en su tesis titulada “Petroglifos de Termino. Las Insculturas Rupestres de Galicia” donde defiende el uso de cazoletas en la Edad Media para señalizar algunas arcas de término.

La más representativa podría ser La Peña Forada, que delimita los pastos entre Lucillo y Boisan, además de ser un lugar singular por ser un lugar neutral donde comenzaban y finalizaban las reuniones para los apeos entre esas localidades: “Y de allí volvieron los dichos dos concejos a La Peña Forada, con cuatro agujeros a raíz del suelo (...) y se renovaron los agujeros de este dicho término”.



La "Peña Forada", entre Lucillo y Boisan


Arca con tres agujeros, en la línea de rocas moralizas entre Lucillo y Quintanilla de Somoza


CONCLUSIÓN

Tomando como referente la recopilación y el completo estudio que Jesús Ferro Couselo dedicó en su tesis doctoral “Los Petroglifos de Término y las Insculturas Rupestres de Galicia”, constatamos bastantes analogías en lo referente a la forma de las arcas con los territorios del noroeste peninsular, pues si bien en Galicia el paisaje y la geología del granito condiciona los marcadores territoriales, los paralelos se establecen al comparar las piedras fincadas (allí llamadas pedras fitas), los amontonamientos de piedras y túmulos de tierra, en definitiva, algo consustancial no solo al noroeste sino a toda la península.  

Lo que constituye una novedad y se escapa a la clasificación de Ferro Couselo es el empleo de surcos o “farpas” para marcar las rocas, o las muescas que originan “crestas” en la zona superior de las mismas. Este sistema, que en principio parece propio de la Somoza Maragata, se añade por el momento a la clasificación de “Los petroglifos de término…”, y solo por este motivo ya merecía la pena la elaboración de este trabajo.

Este artículo es un resumen de un trabajo más extenso que he publicado en Academia.edu con el mismo título, ARCAS Y MARCAS DE TÉRMINO EN MARAGATERÍA, donde podéis ampliar la información y ver más fotos.